lunes, 18 de marzo de 2013

Entre peras y manzanas

El Arnau se presento en aquella sala toda llena de gente con un rebombori que se escuchaba desde lejos. Pregunto, a un auxiliar, donde podia sentarse y al final tomo la decisión de ponerse en el medio de aquella gran sala. Despúes de que la respuesta fuese muy cordial pero, poco concreta. Dejo la maleta en el suelo y sin niguna prisa, porqué tenia mucho tiempo, extrajo una bolsa de su interior con unas piezas de fruta.
Hasta aquel momento, aún no se había puesto nervioso aquella mañana. Miro su reloj  y decidio tranquilamente darle un mordiscoa una manzana. Que le sirvio para sacar dos cosas de encima: el sueño despúes del madrugón y la gana que llevaba aquella hora.
Todo le cambio cuando aquella mujer tan atractiva, la secretaria del jurado. Saco del sobre el tema del concurso. Allí sentado rodeado de otros escritores, jovenes y no tan jovenes, en una mesa individual. Escucho como la voz decia, entre el silencio del personal: MANZANAS y mirando a cada uno de los participantes. Les dijo, que ya podian dar alas a su imaginación y podian comenzar sus redacciones. Manzanas era, sin más, el tema del que deberian de hacer el ejercicio del concurso. Un tema que aunque no era muy imaginativo, ni tan poco inspirara un gran abanico de ideas. Resultaba muy atractivo desde el punto de vista de reto literario y que el Arnau estaba seguro que pondría a prueba a todos los participantes al concurso.
A partir de aquel instante, lo primero que le va pasar por la cabeza va ser aquella deliciosa y acida manzana verde que hacia 10 minutos habia tenido en la mano para almorzar.. Una manzana que aún intentaba disfrutar y que desgraciadamente habia desaparecido fisicamente y no sabia como hacer aparecer literariamente.
El tiempo  iba pasando deprisa  y a al mismo tiempo, los nervios comenzaban a concentrarse en el estomago. De tal forma, que poco a poco, se iba apagando la inspiración.
De golpe tuvo una idea. Si en lugar de manzanas hablase de peras. ¿Que pasaria? De esta forma se recordo de la otra fruta que llevaba en la bolsa y que también era sabrosa y fresca. Así de esta manera tan ingenua puede ser que aconseguiria despistar al jurado. Teniendo en cuenta que las dos también comenzaban por P.
Con esta idea en la cabeza inicio la redacción. Dandose cuenta que no podia hacer otra cosa. Porqué, pusiera lo que pusiera, la manzana ya no era, ya se la había comido